Había una vez dos abejillas que se dieron cuenta de que tenían algo en común: querían traspasar volando sus fronteras y conocer nuevos mundos y realidades. De este modo, decidieron colgarse una mochila al hombro y volar y volar, y contar y contar, y vivir y vivir, y reír y llorar y palpar y respirar y oír y saborear...lo que un gran viaje les pudiera deparar.
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