Y tras conocer la capital del país que nos está recibienedo tan bién llegamos a la Reserva Nacional de Paracas. Allí, montadas en un barco y rodeadas de japoneses ansiosos por sacar en fotografía a cualquier cosa (se menease o no) de nuestra travesía, conocimos Las Islas Ballestas llenitas de guano de las abundantes aves que allí viven.
Pudimos ver en su hábitat natural a leones marinos y comprobamos que, efectivamente, la naturaleza no siempre huele bien jejejeje.
El candelabro, nuestro primer geoglifo, nos impresionó.
http://picasaweb.google.com/lovemo83/Paracas#
lunes, 11 de mayo de 2009
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